El diseño orgánico se desarrolla en una primera fase entre los años 1931 y 60, reapareciendo desde los 90 a nuestros días.Un enfoque humanizador del diseño, la interconexión y el espíritu de la naturaleza son la base del diseño orgánico, las curvas suaves y sinuosas frente al geometrismo y la línea. Para muchos el diseño del futuro es orgánico. Hay que experimentar e investigar en los principios de la naturaleza. Sus formas, movimientos y a los seres vivos incorporándolos en el proceso de creación, y así orientar el futuro del diseño, con ayudas de la tecnología, al mejor conocimiento de la ergonomía y los avances del diseño junto a nuevos materiales, hacen que emerja y se reinterprete nuevamente. Esta tendencia del diseño no ha perdido presencia y es hora que ocupe nuevamente el lugar que le corresponde. El diseño tiene que llegar al corazón humano, crear emociones.
La casa shell con sus formas rotundas ubicada en Nagano, Japón, se integra en el entorno, forma parte de el y no le agrede, coexistir no fundirse, aprovechar los avances tecnológicos. El minimalismo orgánico como el edificio de restaurante Nuclo de Barcelona con sus formas sinuosas. El fantastico Jordi Torres y su B-Lounge de Málaga surrealista lleno de movimiento, colorido y sensualidad, divertido muy divertido. La línea recta perfecta en la naturaleza casi me atrevo a asegurar que no existe, solo es una engaño óptico, por lo tanto ha llegado el tiempo de cansarnos de las maravillosas curvas. Desterremos por algún tiempo la línea recta y bailemos al compás de las olas…
